EDUARDO RIGUERA
Argentina
PRESENTACIÓN
Eduardo Riguera (n.1962, Buenos Aires) se inició en la escultura en la década del noventa. Desde entonces ha explorado el oficio a través de diversas técnicas, materiales y soportes. En ese largo camino de aprendizaje y perfeccionamiento –más de dos décadas- su trabajo se vio plasmado en la elaboración de esculturas mediante modelado, talla en madera y piedra, y vaciado en bronce, resina poliéster y yeso. En los últimos años su producción ha tomado un camino más específico, afianzándose en la talla en piedra, creando sus obras en alabastro, mármol de carrara, gris bardiglio, y otros. Su trabajo personal se ha integrado al Colectivo de Artistas Gente de Talla aglutinado en torno a su maestra Beatriz Soto García.
También en lo temático y conceptual -y en la expresión de su propio lenguaje artístico- el conjunto de su obra ha experimentado variaciones a lo largo del tiempo. Una primera etapa está marcada por el descubrimiento de la figura humana, tema central y casi excluyente, y por el intento de reproducir no sólo los cuerpos sino sus estados emocionales. La muestra “Cuerpos Apasionados” marca el punto culminante de esa etapa mientras se empieza a vislumbrar la siguiente.
La segunda etapa logra fusionar en el lenguaje escultórico y sus técnicas ya dominadas la experiencia –como practicante y como profesor- del Yoga. La figura humana adquiere otra profundidad y la búsqueda de la perfección de la anatomía está puesta al servicio de la obra y su riqueza expresiva interior. Ya no se busca expresar el movimiento del cuerpo sino el movimiento del alma que anima ese cuerpo. En lo formal empiezan exploraciones en las que combina la talla en piedra con otros elementos como hierro, madera, vidrio, espejo o luz, creando un lenguaje novedoso y personal. Punto de inflexión inevitable es la muestra “Cuerpos Iluminados”.
Una tercera etapa se abre tras esa muestra y lo temático trasciende lo personal y subjetivo y entra en conexión con lo colectivo y lo social. Así aparece la serie “Los Imprescindibles”, en la cual atravesado por fenómenos sociales contemporáneos, plasma y deja registro de esta afectación a través de su tarea de escultor (“el-que-mantiene-vivo”, según la ancestral expresión egipcia). Obras como “PERSISTENCIA” en la que se sintetiza la lucha de las Madres de Plaza de Mayo o “SANTA EVITA” -evocación del mito popular- dan cuenta de este proceso. También la emblemática máquina de coser Singer se nos vuelve visible y contundente en la potente creación “TRABAJO DIGNO” así como la figura del Eternauta de Oesterheld en “ETERNO”. Lo que resulta muy interesante de observar es cómo el dolor social y colectivo se funde en el lenguaje personal subjetivo y único de un artista que se deja conmover por el mundo que lo rodea y por su tiempo.
Esta tercera etapa tiene su materialización definitiva con la contundente muestra “Eva Duarte, Omnipresente y Atemporal”, presentada en octubre 2014 en el Museo Evita y consistente en un conjunto escultórico de once piezas de mármol en torno a la figura de Eva. Todo el recorrido previo parece encontrar su equilibrio óptimo pues tema, forma y técnica se encuentran y funden con natural excelencia.
La creación, como proceso vivo, no se detiene ni se fija en un punto determinado. Así, otra vez surge lo nuevo: en este caso en torno al universo del ajedrez y su simbología un nuevo período de creación y materialización de las ideas se abre fecundo.
Las creaciones de Eduardo Riguera nos muestran un proceso, el devenir de una obra que sale al encuentro de la mirada del Otro que la complete y le asigne su sentido profundo. Será fundamental seguir encontrando espacios y oportunidades para que este encuentro, siempre tan conmovedor, se siga produciendo.
Lic. Christian Lange [UBA/IUNA].
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